Es ampliamente reconocido que rediseñar tu propio sitio web es difícil, especialmente cuando eres una agencia creativa cuyo dominio es internet.

¿Tu código será el más elegante? ¿Tu diseño dejará boquiabiertos a los clientes? ¿Tu elección de plataforma mostrará tus capacidades?

Aunque estas preguntas puedan ser espinosas, son meras preguntas técnicas; se pueden abordar con la aplicación adecuada de habilidad y esfuerzo.

La pregunta que realmente puede trastocar a una agencia creativa que se esfuerza por rediseñar es: ¿Qué tan caprichosos y tontos podemos ser? Sabemos la importancia de transmitir un mensaje, pero eso no significa que tenga que transmitirse de manera aburrida.

Cuando se trataba de nuestro sitio, pensamos que habíamos encontrado la mezcla adecuada. Habíamos realizado investigación de mercado, creado perfiles, y adaptado nuestros diseños lo mejor posible a esos perfiles.

¡Ay! Las pruebas de usuario guerrilla nos dijeron que habíamos calculado mal. "Un poco pesado en el capricho" fue el comentario común.

Entonces, ¿qué salió mal?

Me atrevería a decir que nos dejamos llevar por la emoción de contar nuestra historia de "diseñar, construir, lanzar". Como tipos creativos, nos comemos las metáforas para el desayuno, por lo que sumergirnos de lleno en lo metafórico fue fácil y divertido.

Pero esto fue a expensas de transmitir un mensaje fácil de digerir al todopoderoso visitante de 5 segundos, cuya escasa atención podría hacer o deshacer nuestro negocio. O al menos eso dice la historia.

El compromiso fue convertir nuestra historia en una presentación de diapositivas con el mensaje "lo que hacemos" precediendo directamente la historia "soñar, construir, lanzar".

¿Funciona? ¿Tienes mejores ideas? Háznoslo saber y las robaremos.